Cuando se realiza una reforma integral, el objetivo último de la misma es que los trabajos se desarrollan de la forma correcta y acorde con las expectativas del cliente.
Para conseguir dicha meta es necesario que se cumplan durante el trabajo una serie de requisitos que aseguran un trabajo de calidad con los resultados esperados. Se trata de organizar el trabajo de forma profesional, a través de un método de trabajo estructurado, para evitar imprevisto y mejorar la eficiencia y tiempos de trabajo empleados.
A continuación vamos a detallar algunos de los aspectos más importantes que no pueden faltar durante la realización de los trabajos de reforma y que debemos exigir a la empresa que elijamos para desarrollar la reformas integral, para la renovación de nuestro inmueble.
Una correcta planificación ahorra tiempo y dinero.
La primera de estos aspectos es la organización. Gracias a la correcta correcta planificación del proyecto de reforma es posible distribuir y organizar los diferentes trabajos que se necesitan realizar de una forma eficiente.
Esta forma ahorrará tiempo, coordinando correctamente a los diferentes profesionales que intervienen en la obra, y asegura que los trabajos se desarrollen en la línea correcta.
Profesionalidad como sinónimo de garantía.
La segunda características qué diferencia a un trabajo de calidad de otro que no lo es, es la supervisión. Es necesario en todo equipo de reformas exista un jefe de obras que sea el encargado de coordinar al equipo, solucionar problemas que se vayan presentando durante el trabajo y tomar las decisiones necesarias en cada una de las etapas de la reforma. Además es la persona que ejerce de interlocutor con el cliente final.
Repaso y cuidado por el detalle par evitar problemas.
Por último tenemos los repasos o verificación del trabajo realizado. En un trabajo esencial, sobre todo en el caso de ejecutar una reforma integral, ya que es habitual que existan algunos puntos que necesitan ser repasados o mejorados para que la calidad de la reforma sea la esperada.
Este caso el jefe de obra debe revisar cada uno de las zonas donde se ha actuado, verificando la calidad de las terminaciones y el correcto funcionamiento de las distintas instalaciones que existen en la vivienda. Se trata de un proceso que debe ser riguroso y realizado con calma para que no se pase por alto ninguno de los posibles desperfectos que puedan existir.
Estos nos evitará filtraciones, goteras, mal funcionamiento de las instalaciones o una duración de la reforma menor de la esperada.